22 de septiembre de 2011

Un, dos, tres, probando...

Por la cosa más bizarra de la vida me encontré con mi propio blog, olvidado en una caja del closét del cuarto de la esquina.

Y las ganas que tengo de escribir no tienen sentido. Hoy precisamente pasé todo el día pensando cosas demasiado aleatorias y estoy terminando la noche con un pensamiento muy específico. Necesito comprarme un inflador... hay demasiadas personas en esta vida a las que les quiero decir:

"Vaya a ver quien lo infla"

Gracias clóset del cuarto de la esquina :)