14 de noviembre de 2008

Mi enano


El enano sin zapatos recorre el bosque a la par del pequeño rio. Su camisa de rayitas lo hace distinguirse de lo verde a su alrededor. La sonrisa picarona me dice que se acerca y que si no escondo los chocolates los va a ver al doblar la esquina. Rapido los meto en mi camisa y cuando llega lo recibo con una sonrisa.
Trae los piecillos llenos de barro y cuando me ve instintivamente levanta los brazos y abre toda su sonrisa para conquistarme.

Definitivamente lo logra.

Sin pensarlo saco los chocolates y se los meto en la bolsa. A el le atraen mas las piezas metalicas colgando de mis orejas. Despues de varios intentos logra sacar una y tenerla en sus manos.

Cuando oye el agua correr, se acuerda donde estamos y me pide ponerlo al piso. Camina hacia el rio y simplemente se queda viendolo.

Despues de unos momentos vuelve hacia mi y me sonrie mas abiertamente aun. Lo agarro con fuerza y lo levanto por encima de mi cabeza para besarle la pancilla.

Si alguna vez pense que no era feliz, el definitivamente me hace recordar exactamente de donde vengo y hacia donde voy.

El bosque se desintegra y juntos volvemos la orilla de la palmera en la que estabamos sentados comiendo chocolates.


Gracias enano, la otra semana volvemos a viajar juntos!


4 comentarios:

BorisAlonso dijo...

que lindo !

andrés dijo...

Los niños son una bendicion, siempre es genial tenerlos cerca!!!...

Este años trajo mucho enanos a la familia y no podria estar mas feliz x ello!

Un abrazo Atina, tan pendientes las galletas ;)

Ale dijo...

Aaawww! Demasiado lindo!

Atina dijo...

Galletas!!!!

Gracias chicos! :D